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Desde hace más de 200 años, se dio el punto de partida para los avances que aún se siguen dando en la búsqueda de tratamientos efectivos para la enfermedad de Parkinson. Ver figura 1.1
Imagen traducida de referencia 1
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Los avances en terapia orientada a genes y los biomarcadores de neuroimagen son significativos, en las tabla 1 y 2 se resumen los más significativos:1,2,3,4
Tabla 1. Terapias génicas más relevantes1,2
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TERAPIA GÉNICA |
DETALLE O DESCRIPCIÓN |
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Sobreexpresión de genes protectores |
Se introduce un gen terapéutico que codifica una proteína beneficiosa en las células afectadas por la EP. Por ejemplo, se han realizado estudios preclínicos y clínicos utilizando vectores virales para sobreexpresar el gen de la proteína GDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro) en el cerebro de pacientes con EP. Se ha observado que esta sobreexpresión promueve la supervivencia de las neuronas dopaminérgicas y mejora los síntomas motores. |
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Inhibición de genes patológicos |
Se busca reducir la expresión o la actividad de genes cuyas mutaciones o sobreexpresión contribuyen a la neurodegeneración en la EP. Un ejemplo es el desarrollo de técnicas de interferencia de ARN (ARNi) para silenciar la sobreexpresión del gen de la α-sinucleína en el cerebro de pacientes con EP. Al disminuir la cantidad de α-sinucleína patológica, se espera prevenir la formación de agregados y la degeneración neuronal. |
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Modulación de la respuesta inmunitaria |
La terapia génica también puede dirigirse a modular la respuesta inmunitaria en el cerebro de los pacientes con EP. Se ha investigado la entrega de genes que regulan la respuesta inflamatoria, como el gen de la interleucina-10 (IL-10), para reducir la inflamación crónica y el daño neuronal asociado con la enfermedad. |
Tabla 2. Biomarcadores de neuroimagen en enfermedad de Parkinson1,3
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Técnica de Neuroimagen |
Utilidad o funcionalidad |
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Resonancia magnética (RM) estructural |
Se utiliza para examinar la anatomía cerebral y detectar posibles alteraciones en el cerebro de los pacientes con EP. La técnica de imagen por resonancia magnética permite visualizar la pérdida de volumen cerebral en regiones específicas, como el núcleo caudado y la sustancia negra, que son áreas afectadas en la EP. Estos cambios estructurales pueden ser útiles en el diagnóstico diferencial de la enfermedad y en la evaluación de su progresión. |
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Resonancia magnética (RM) funcional |
Permite evaluar la conectividad y la actividad cerebral en reposo o durante tareas específicas. En la EP, se han observado alteraciones en las redes de conectividad cerebral, especialmente en las redes relacionadas con la función motora y el control cognitivo. Mediante la RMf, se puede identificar la disfunción de estas redes y seguir su evolución a lo largo del tiempo, lo que ayuda a comprender mejor la progresión de la enfermedad. |
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Tomografía por emisión de positrones (PET) |
Utiliza trazadores radiactivos para visualizar y cuantificar procesos metabólicos y moleculares en el cerebro. En la EP, se utilizan trazadores específicos para detectar la presencia de agregados de la proteína α-sinucleína y la disfunción de los neurotransmisores dopaminérgicos. Estos biomarcadores PET pueden ser útiles para el diagnóstico temprano de la EP, así como para evaluar la eficacia de los tratamientos farmacológicos y otras intervenciones terapéuticas. |
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Espectroscopia de resonancia magnética (ERM) |
Permite medir los niveles de diferentes metabolitos en el cerebro, lo que proporciona información sobre la función neuronal y los cambios bioquímicos asociados con la EP. Por ejemplo, la ERM puede detectar niveles reducidos de metabolitos como la N-acetilaspartato (NAA) en áreas cerebrales afectadas, lo que indica la pérdida de neuronas y la disfunción celular en la EP. |
Tanto la terapia génica como los biomarcadores de neuroimagen representan avances significativos en el campo de la enfermedad de Parkinson. La terapia génica ofrece la posibilidad de corregir las alteraciones genéticas subyacentes y modular los procesos patológicos asociados con la enfermedad, brindando así nuevas opciones terapéuticas personalizadas. Por otro lado, los biomarcadores de neuroimagen permiten la visualización y cuantificación de cambios estructurales y funcionales en el cerebro de los pacientes, lo que facilita el diagnóstico temprano, la monitorización de la progresión de la enfermedad y la evaluación de la respuesta al tratamiento.4
Estos avances en terapia génica y biomarcadores de neuroimagen tienen el potencial de transformar la atención médica en la enfermedad de Parkinson. Al comprender mejor los genes implicados en la enfermedad y utilizar estrategias terapéuticas específicas, podemos abordar las causas subyacentes y brindar tratamientos más efectivos y personalizados. Además, los biomarcadores de neuroimagen nos permiten obtener una visión objetiva de los cambios cerebrales, lo que nos ayuda a tomar decisiones clínicas más informadas y a evaluar la eficacia de los tratamientos.2,4
En resumen, la combinación de la terapia génica y los biomarcadores de neuroimagen nos acerca a una atención más precisa y personalizada en la enfermedad de Parkinson. Estos avances nos brindan esperanza para el desarrollo de tratamientos más efectivos, el diagnóstico temprano y la monitorización precisa de la enfermedad. A medida que la investigación continúa y se superan los desafíos actuales, es probable que estos enfoques revolucionen el manejo de la enfermedad de Parkinson en beneficio de los pacientes.
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Referencias
- Polissidis A, Petropoulou-Vathi L, Nakos-Bimpos M, et al. The Future of Targeted Gene-Based Treatment Strategies and Biomarkers in Parkinson's Disease. Biomolecules. 2020 Jun 16;10(6):912.
- Elsworth JD. Parkinson's disease treatment: past, present, and future. J Neural Transm (Vienna). 2020 May;127(5):785-791.
- He R., Yan X., Guo J., et al. Recent Advances in Biomarkers for Parkinson’s Disease. Front. Aging Neurosci. 2018;10:305.
- Jankovic J, Tan EK. Parkinson's disease: etiopathogenesis and treatment. J Neurol Neurosurg Psychiatry. 2020 Aug;91(8):795-808.
