CARDIOLOGIA
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Entender la intolerancia a las estatinas: un factor clave en el tratamiento adecuado de las dislipidemias y en una mejor adherencia

Entender la intolerancia a las estatinas: un factor clave en el tratamiento adecuado de las dislipidemias y en una mejor adherencia

Es posible que las estatinas no se usen con la frecuencia que deberían debido a la idea errónea de que las mialgias o las artralgias son equivalentes a la intolerancia a las estatinas.

Como resultado, cada vez más pacientes sufren “bloqueo de acceso al tratamiento de primera opción”, afectando directamente su riesgo cardiovascular y su salud en general.1

Las estatinas son agentes farmacológicos de uso común para reducir los niveles de colesterol y detener los eventos cardiovasculares en pacientes con hiperlipidemia. A pesar de su eficacia demostrada, los pacientes no siempre siguen los planes de tratamiento prescritos. La falta de adherencia puede ser causada por una variedad de elementos, incluidos efectos secundarios reales o imaginarios como mialgia y artralgia. Se ha determinado que el uso de estatinas se ha reducido innecesariamente como resultado de la idea errónea de que las mialgias o artralgias son siempre un signo de intolerancia a las estatinas. Esto ha desencadenado que estos pacientes tengan un subtratamiento de la hiperlipidemia. Sin embargo, es crucial tener en cuenta que, además del uso de estatinas, las mialgias y las artralgias también pueden ser provocadas por el envejecimiento, el ejercicio vigoroso o el uso de medicamentos adicionales.2

La distinción entre mialgias y artralgias e intolerancia a las estatinas es crucial para que algunos médicos logren un mayor entendimiento de las mismas. Según se ha observado, solo una pequeña parte de los pacientes que experimentan estos síntomas tienen intolerancia. Por lo tanto, para determinar con precisión el vínculo causal entre las estatinas y los síntomas musculares, se necesita un enfoque basado en la evidencia.

Para ayudar a los médicos a evaluar los síntomas relacionados con el uso de estatinas, se han desarrollado algoritmos de manejo. Estos algoritmos tienen en cuenta factores como la intensidad de los síntomas, el momento de la introducción de la estatina, la presencia de factores de riesgo adicionales y la exclusión de otras causas de mialgia y artralgia. Ver tabla 1.2,3,4

Tabla 1. Algoritmo de abordaje de pacientes sospechosos (mialgia y artralgia) de intolerancia a las estatinas

Evaluar la intensidad de los síntomas:

Leves: Mialgia o artralgia que no afecta significativamente la calidad de vida del paciente.

Moderadas a graves: Mialgia o artralgia que causan molestias significativas o limitan las actividades diarias del paciente.

Determinar el momento de la introducción de la estatina:

Inicio reciente de la estatina: Los síntomas de mialgia o artralgia aparecen poco después de comenzar el tratamiento con estatinas.

Uso crónico de estatinas: Los síntomas de mialgia o artralgia se presentan después de un período prolongado de uso de estatinas sin problemas previos.

Excluir otras causas de mialgia y artralgia:

Realizar una evaluación exhaustiva para descartar otras causas subyacentes de los síntomas, como lesiones musculoesqueléticas, enfermedades reumáticas, deficiencias nutricionales, hipotiroidismo, entre otras.

Considerar factores de riesgo adicionales:

Evaluar si el paciente presenta factores de riesgo adicionales, como edad avanzada, sexo femenino, historia previa de intolerancia a las estatinas o enfermedades musculares hereditarias.

Realizar una evaluación farmacogenómica:

En casos seleccionados, considerar la realización de una evaluación farmacogenómica para identificar variantes genéticas que puedan predisponer al paciente a desarrollar mialgia o artralgia como efecto secundario de las estatinas.

 

Intervenciones según la evaluación:

Para síntomas leves y sin factores de riesgo adicionales:

Para síntomas moderados a graves o presencia de factores de riesgo adicionales:

Educación al paciente sobre la posible relación entre los síntomas y las estatinas.

Considerar la opción de continuar con el tratamiento con estatinas, vigilando de cerca los síntomas y su impacto en la calidad de vida del paciente.

Evaluar la necesidad de suspender temporalmente o discontinuar el uso de las estatinas.

Considerar la posibilidad de utilizar una estatina de baja dosis o una estatina de diferente clase en pacientes con indicación de tratamiento hipolipemiante.

Seguimiento y ajuste del tratamiento:

 

 

Realizar seguimiento regular con el paciente para evaluar la persistencia o resolución de los síntomas.

Reevaluar la necesidad de reintroducir o cambiar el tratamiento con estatinas basándose en la evolución clínica y los resultados de laboratorio.

 

 

La personalización de la terapia con estatinas involucra la farmacogenómica de manera significativa. Se ha observado que las variaciones genéticas específicas pueden afectar la respuesta de cada persona a las estatinas y la propensión a los efectos secundarios musculares. Los estudios genéticos pertinentes pueden ayudar a identificar a los pacientes que tienen más probabilidades de desarrollar intolerancia a las estatinas. La incorporación de pruebas farmacogenómicas en pacientes que se sospecha que tienen intolerancia a las estatinas puede permitir una selección más precisa de las estatinas y dosis correctas, reduciendo los efectos secundarios y mejorando la tolerabilidad.3,4

Además de la aparición de síntomas musculares o articulares, un elemento clave a tener en cuenta en el tratamiento con estatinas, es la adherencia. La adherencia a los cambios de estilo de vida y al tratamiento farmacológico son los puntos débiles de la prevención secundaria cardiovascular, con tasas globales de abandono que se reportan en torno a 50%, lo que condiciona un pobre cumplimiento de los objetivos. Numerosos estudios han demostrado que la no adherencia aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares desfavorables. Por tanto, resulta crucial abordar los factores que contribuyen al incumplimiento del tratamiento si queremos aumentar la adherencia terapéutica.5

La educación adecuada del paciente sobre las ventajas y los riesgos de las estatinas, la comunicación eficaz médico-paciente, el control rutinario de los niveles de lípidos y el reconocimiento y manejo de los posibles efectos secundarios son algunos factores clave para aumentar la adherencia a las estatinas. La disponibilidad de medicamentos combinados y la simplificación de los horarios de dosificación también pueden mejorar la comodidad y la adherencia del paciente. En la tabla 2 se observan las causas más frecuente de disminución o no adherencia a las estatinas y las estrategias que pueden ser de utilidad para recuperarla o lograrla.6,7

Tabla 2. Adherencia a las estatinas: causas y estrategias para mejorarla

Causas de no adherencia a las estatinas

Estrategia para mejorar adherencia

Falta de comprensión de los beneficios de las estatinas

Brindar educación adecuada sobre los beneficios de las estatinas

Preocupaciones sobre los efectos secundarios percibidos

Desmitificar los efectos secundarios y proporcionar información precisa

Olvido de tomar las dosis programadas

Recordatorios regulares, como alarmas o dispositivos de recordatorio

Complejidad del régimen de dosificación

Simplificar el régimen y utilizar dosis únicas o combinadas cuando sea posible

Costos elevados de las estatinas

Explorar opciones de medicamentos genéricos o programas de asistencia

Falta de seguimiento médico regular

Programar visitas de seguimiento y establecer una comunicación abierta

Creencias erróneas sobre la necesidad continua del tratamiento

Reforzar la importancia de la terapia a largo plazo

Factores psicosociales, como depresión o ansiedad

Considerar intervenciones psicosociales, como terapia cognitivo-conductual

Dificultades de acceso a los medicamentos

Facilitar el acceso a través de programas de entrega a domicilio o farmacias

Falta de motivación o desinterés por el tratamiento

Establecer metas realistas y trabajar en colaboración con el paciente

Las combinaciones como la Rosuvastatina más Ezetimibe 40/10 han evidenciado mejorar adherencia por su presentación, pero adicionalmente, al ser comparada, gana en eficacia y aún más muestra una significativa diferencia al reducir la aparición de efectos adversos a lo largo del tratamiento. Estas son las acciones que se deben encaminar para lograr reducir el riesgo de intolerancia a estatinas (cuando exista) y mejorar la adherencia al tratamiento.8,9

En conclusión, se puede advertir la necesidad de prestar mayor atención a una evaluación más juiciosa y adecuada de la relación riesgo/beneficio en el uso de las estatinas. Partiendo de la base de que los pacientes se ven ampliamente beneficiados por su efecto hipolipemiante, se deben agotar diferentes evaluaciones previo a la suspensión temporal o descontinuación del tratatamiento. Se debe buscar el espacio para buscar mejorar la educación al paciente y así entre otras medidas lograr aumentar la adherencia, que es al final lo que va a permitir el logro de objetivos o metas.

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Referencias

  1. Zhang, H., Plutzky, J., & Shubina, M. (2020). The role of statins in reducing cardiovascular outcomes in patients with dyslipidemia. Current Atherosclerosis Reports, 22(2), 7.
  2. Stone, N. J., Robinson, J. G., Lichtenstein, A. H., et al. (2014). 2013 ACC/AHA guideline on the treatment of blood cholesterol to reduce atherosclerotic cardiovascular risk in adults: a report of the American College of Cardiology/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines. Journal of the American College of Cardiology, 63(25 Part B), 2889-2934.
  3. Stroes, E. S., Thompson, P. D., Corsini, A., et al. (2015). Statin-associated muscle symptoms: impact on statin therapy-European Atherosclerosis Society Consensus Panel Statement on Assessment, Aetiology and Management. European Heart Journal, 36(17), 1012-1022. 
  4. Banach, M., Penson, P. E., Fras, Z., et al. (2018). Brief recommendations on the management of adult patients with familial hypercholesterolemia during the COVID-19 pandemic. Pharmacological Research, 158, 104891. 
  5. Navarese, E. P., Buffon, A., Andreotti, F., et al. (2015). Meta-analysis of impact of different types and doses of statins on new-onset diabetes mellitus. American Journal of Cardiology, 115(6), 774-779. 
  6. Rosenson, R. S., Baker, S. K., Jacobson, T. A., et al. The National Lipid Association’s Muscle Safety Expert Panel (2014). An assessment by the Statin Muscle Safety Task Force: 2014 update. Journal of Clinical Lipidology, 8(3 Suppl), S58-S71. 
  7. Leiter et al. Efficacy and safety of rosuvastatin 40 mg versus atorvastatin 80 mg in high-risk patients with hypercholesterolemia: results of the POLARIS study. Atherosclerosis 194 (2007) e154–e164.  
  8. Catapano et al. A Phase 3 Randomized Controlled Trial to Evaluate Efficacy and Safety of New-Formulation Zenon (Rosuvastatin/Ezetimibe Fixed-Dose Combination) in Primary Hypercholesterolemia Inadequately Controlled by Statins. J Cardiovasc Pharmacol Ther. el 1 de enero de 2022;27:107424842211382.
  9. Ward et al. Statin Toxicity Circ Res . 2019 Jan 18;124(2):328-350