ANALGESIA
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Artritis reumatoide: funciones patogénicas de diversas células inmunitarias

Artritis reumatoide: funciones patogénicas de diversas células inmunitarias

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Aunque la etiología exacta de la AR sigue siendo objeto de investigación, es evidente que diversas células del sistema inmunitario desempeñan roles cruciales en su patogénesis. Estas células, que incluyen tanto a las del sistema inmunitario adaptativo como a las del innato, interactúan entre sí y con otros componentes del microambiente sinovial, contribuyendo al desarrollo y progresión de la enfermedad. El entendimiento detallado de las funciones patogénicas de estas células inmunitarias es esencial para el desarrollo de terapias más efectivas y dirigidas. A continuación se presenta el papel de los linfocitos T, linfocitos B y las células de la inmunidad innata en la AR, proporcionando una visión integral de cómo estas células contribuyen al proceso inflamatorio y al daño tisular en esta enfermedad.

1. Linfocitos T: La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune sistémica en la que los linfocitos T CD4+ desempeñan un papel central, especialmente las células T auxiliares productoras de IL-17 (Th17). Estas células Th17 "patogénicas" liberan citocinas proinflamatorias, como IL-17A, IL-17F e IL-22, que promueven la inflamación y el daño articular. Sin embargo, las terapias que bloquean directamente la IL-17 no han mostrado beneficios adicionales en algunos pacientes con AR.1 Según McInnes y Schett (2017), la comprensión de la patogénesis de la AR ha avanzado significativamente, identificando múltiples vías y células inmunitarias involucradas, lo que ha llevado al desarrollo de terapias más dirigidas.2 La IL-17 no solo induce inflamación, sino que también promueve la producción de quimiocinas que reclutan más células inmunitarias al sitio inflamado.1 A pesar de la relevancia de las células T en la AR, su papel funcional completo en la enfermedad sigue siendo un área de investigación activa (ver tabla 1). Smolen, Aletaha y McInnes (2016) destacan que, aunque las células T son abundantes en el ambiente sinovial, las terapias dirigidas directamente a estas células han tenido éxito limitado.3
El abatacept, que inhibe la activación de células T, ha demostrado ser eficaz en la regulación de la inflamación en la AR.1 Este hallazgo es respaldado por investigaciones recientes que sugieren que el abatacept puede mejorar la regulación inmunológica al potenciar ciertas células reguladoras.3 

Tabla 1. Función patogénica basada en células T1

Tipo de Linfocito T

Acción Patogénica en Artritis Reumatoide

CD4+ T

Impulsa la AR al regular la producción de linfocitos T y la inflamación a través de la IL-6

Th1

Produce IFN-γ, una citocina considerada fundamental en la patogénesis de la AR

Th17 "Patogénicas"

Secretan citocinas proinflamatorias como IL-17A, IL-17F e IL-22, promoviendo inflamación y daño articular

Th17 "No Patogénicas"

Pueden secretar factores inmunosupresores como IL-10 para regular negativamente la respuesta inmunitaria

Treg

Aunque su función principal es la regulación, en ambientes inflamatorios de AR pueden volverse menos funcionales o incluso patogénicas. La IL-1β y la IL-6 pueden reducir su función inhibidora

2. Linfocitos B: La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune crónica caracterizada por inflamación articular y destrucción ósea. En el centro de su patogénesis se encuentran las células B, que desempeñan múltiples roles desde la producción de autoanticuerpos hasta la modulación de respuestas inmunitarias.

2.1. Producción de Autoanticuerpos: Las células B autoreactivas, impulsadas por el receptor tipo Toll (TLR), diferencian en células plasmáticas que secretan autoanticuerpos.1 Estos autoanticuerpos, como el Factor Reumatoide (RF) y los anticuerpos anti-proteína citrulinada (ACPA), desempeñan un papel crucial en la patogénesis de la AR. Mientras que el RF reconoce la porción Fc de la inmunoglobulina-G (IgG), los ACPA son específicos para residuos citrulinados en proteínas o péptidos. Estos autoanticuerpos pueden activar células inmunitarias y potenciar la producción de citocinas proinflamatorias, contribuyendo al ciclo vicioso de la AR.2

2.2. Presentación de Antígenos: Las células B actúan como células presentadoras de antígenos (APC) en la AR, presentando antígenos propios a las células T CD4+ auxiliares, principalmente. Estas interacciones entre células B y T son fundamentales para la activación y proliferación de células B autoreactivas. Las células T foliculares auxiliares (Tfh) y las células T periféricas auxiliares (Tph) interactúan con las células B, promoviendo la secreción de citocinas proinflamatorias como IL-21, que juega un papel clave en la inflamación sinovial.1

2.3. Secreción de Citoquinas: Las células B en la membrana sinovial de pacientes con AR secretan una variedad de citocinas, incluyendo TNF-α, IFN-γ, IL-6, entre otras. Estas citocinas promueven la inflamación y la destrucción articular. Además, las células B reguladoras (Breg) secretan citocinas antiinflamatorias como IL-10, TGF-β e IL-35, que pueden inhibir la progresión de la AR. Sin embargo, en pacientes con AR activa, se ha observado una disminución en el número de células Breg, lo que sugiere un fallo en la regulación inmunológica.1

2.4. Activación de Osteoclastos: La homeostasis ósea es regulada por un equilibrio entre la formación ósea osteoblástica y la resorción ósea osteoclástica. Las células B de memoria expresan el ligando NF-κB (RANKL), una citocina clave en la regulación de la homeostasis ósea. En la AR, la activación de osteoclastos por células B puede contribuir a la resorción ósea y a la destrucción articular.1,4

3. Inmunidad innata: la inmunidad innata no solo proporciona una respuesta inmediata al inicio de la AR sino que también establece el escenario para la activación y perpetuación de la inmunidad adaptativa en la enfermedad.

3.1 Macrófagos y Células Dendríticas: Estas células son abundantes en el tejido sinovial de pacientes con AR. Los macrófagos, en particular, son los principales productores de citocinas proinflamatorias como TNFα, IL-1β y IL-6. Estas citocinas no solo promueven la inflamación sino que también atraen a más células inmunitarias al sitio de inflamación. Las células dendríticas, por otro lado, tienen la capacidad de presentar antígenos y activar células T, lo que puede perpetuar la respuesta inmune en la AR.1

3.2 Natural Killer (NK) y Células Innatas Linfoides (ILCs): Las células NK pueden ser activadas por citocinas como IL-12, IL-15 o IL-18 y tienen la capacidad de aumentar la producción de TNF por los monocitos. Las ILCs, aunque menos estudiadas en el contexto de la AR, parecen desempeñar un papel en la producción de citocinas como IL-17 y IL-22, que están implicadas en la patogénesis de la AR.1,3

3.3 NETosis: Es un tipo específico de muerte celular llevado a cabo por neutrófilos, que liberan trampas extracelulares de neutrófilos (NETs). Estas estructuras pueden presentar autoantígenos citrulinados y enzimas PAD, promoviendo así la producción de ACPA y perpetuando la respuesta autoinmune.1,3,4

3.4 Interacción con la Inmunidad Adaptativa: Aunque las células de la inmunidad innata actúan rápidamente en respuesta a patógenos o daño tisular, también interactúan estrechamente con células de la inmunidad adaptativa, como las células T y B. Esta interacción es esencial para la transición de una respuesta inmune innata aguda a una respuesta adaptativa más prolongada y específica.1

Como se ha evidenciado, cada célula del sistema inmune desempeña un papel crucial en la patogénesis de la AR, desde la modulación de respuestas autoinmunes por linfocitos T y B hasta las acciones proinflamatorias de la inmunidad innata. Comprender en profundidad la génesis de la AR no solo ilumina las complejidades de la enfermedad, sino que también sienta las bases para tratamientos más precisos y efectivos en el futuro. En la tabla 2, se resume el total de la función de cada célula inmune en la patogénesis de la AR.

Tabla 2. Funciones celulares en la patogénesis de la AR1

Célula                    

Función en la Patogénesis de la AR                                                                             

Linfocitos T              

- Inician respuestas autoinmunes.                                                                    

- Regulación de la inflamación y modulación de otras células inmunitarias.   

Linfocitos B              

- Producción de autoanticuerpos como RF y ACPA.                                        

- Presentación de antígenos a células T.                                                           

- Secreción de citocinas proinflamatorias.                                                       

- Activación de osteoclastos, contribuyendo a la erosión ósea.                   

Macrófagos                

- Producción de citocinas proinflamatorias como TNFα, IL-1β, y IL-6.        

- Inducción de erosión articular.                                                             

- Activación tanto proinflamatoria (M1) como antiinflamatoria (M2).       

Células Dendríticas       

- Presentación de antígenos, activando respuestas de células T.                

- Producción de citocinas y quimiocinas que modulan la respuesta inmunitaria.

Natural Killer (NK)       

- Producción de citocinas proinflamatorias.                                                    

- Inducción de muerte celular en células diana.                                             

Células Innatas Linfoides (ILCs) 

- Producción de citocinas que modulan respuestas inflamatorias.             

- Participación en la respuesta inmune temprana contra patógenos.         

 

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Referencias

1.  Jang S, Kwon EJ, Lee JJ. Rheumatoid Arthritis: Pathogenic Roles of Diverse Immune Cells. Int J Mol Sci. 2022 Jan 14;23(2):905.

2. McInnes, I. B., & Schett, G. (2017). Pathogenetic insights from the treatment of rheumatoid arthritis. Lancet, 389(10086), 2328-2337.
3. Smolen, J. S., Aletaha, D., & McInnes, I. B. (2016). Rheumatoid arthritis. Lancet, 388(10055), 2023-2038.
4. McInnes, I.B., & Schett, G. (2017). Mechanisms of Disease: The pathogenesis of rheumatoid arthritis. The Lancet, 388(10055), 2023-2038.