Desde hace unos años atrás, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró a la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública que afecta desde ya y puede afectar aún más el futuro de la salud de la humanidad. Incluso determinó que el uso indebido y excesivo de los antimicrobianos es el principal factor que determina la aparición de patógenos farmacorresistentes.1,2
Las cifras, aunque difieren de país a país, tienen un impacto negativo en la elección de antimicrobianos eficaces. Por ejemplo: la tasa de resistencia al ciprofloxacino, se presentó con reportes entre el 8,4% al 92,9% para Escherichia coli y del 4,1% to 79,4% para Klebsiella pneumoniae en los países que presentaron datos al Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos y de su Uso (GLASS).1
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Por lo anterior, la OMS lanza el plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos en 2016, cuyo objetivo es el de “asegurar la continuidad, mientras sea posible, del tratamiento y la prevención satisfactorios de enfermedades infecciosas con medicamentos eficaces, seguros y de calidad garantizada, que se usen de modo responsable y sean accesibles a todas las personas que los necesiten”.2 Este plan establece 5 sub-planes de acción estratégicos que se deberán adelantar en cada uno de los países, un ejemplo de ello se observa en las imagen 1 y 2.
Imagen 1. Obetivos estratégicos del Plan nacional contra la resistencia a los antimicrobianos del gobierno de Chile
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El enfoque propuesto por la OMS y adoptado por los países, está orientado a aumentar las líneas de comunicación, educación y formación para que la población en general y en especial la comunidad médica sean conscientes del riesgo de la resistencia bacteriana y se logre una reducción del consumo global de antimicrobianos en humanos y del uso en la producción de alimentos. Además, para insistir en la necesidad del consumo adecuado a nivel humano, animal y el control fitosanitario. Esto significa que es crucial también garantizar la adherencia a los tratamientos para que se completen2, 3, 4 y así evitar casos como el que sucede hoy en día con el tratamiento de la gonorrea, para la cual, la ceftriaxona es la única monoterapia empírica que queda contra la gonorrea.1
Los datos más recientes del grupo GERMEN y GREBO, equipos multidisciplinarios dedicados a la vigilancia interinstitucional de resistencia bacteriana en Medellín y Bogotá Colombia, respectivamente; demuestran que la resistencia bacteriana es una situación creciente en el país, que la Escherichia coli y la Klebsiella pneumoniae son los microorganismos con mayores casos de resistencia a antibióticos y como dato llamativo se encontró que entre 2019 y 2021, los casos de estos microorganismos de características farmacorresistentes crecieron en mayor medida entre los pacientes ambulatorios. Lo cual no hace más que confirmar de la importancia que tiene concienciar a cada paciente acerca de la necesidad de evitar el consumo indiscriminado, la adherencia para cumplimiento del tratamiento y la implementación de medidas higiénicas y de saneamiento para evitar las infecciones. 5,6
Ahora le preguntamos, ¿cuáles son las bacterias más resistentes a los antibióticos y cómo lo han conseguido? ¿Cuáles son los parámetros farmacológicos para el uso de los antibióticos?, las respuestas a este muchas otras preguntas te las damos en la conferencia: Resistencia bacteriana: entenderla y prevenirla
Referencias