La resistencia bacteriana es un problema latente, creciente y con muchas tareas por realizar de salud pública en todo el mundo.
Los organismos causantes de infecciones cada vez son más resistentes a los antibióticos que se utilizan para combatirlos. Esta resistencia puede provocar que los antibióticos pierdan su eficacia, haciendo que las infecciones sean más difíciles de tratar y, en algunos casos, incluso mortales. Por esta razón, es fundamental prevenir la aparición de bacterias multirresistentes y establecer medidas de control y tratamiento efectivas.
El Manual de Prevención y Control de Bacterias Multirresistentes publicado por la Asociación Colombiana de Infectología (ACIN) es una herramienta esencial para la prevención y control de las infecciones causadas por bacterias multirresistentes. Este manual ofrece recomendaciones prácticas para la prevención y control de infecciones, tales como el uso adecuado de antibióticos, medidas de aislamiento, limpieza y desinfección de superficies y equipos médicos, entre otras.
Además, las guías "IDSA Guidance on the Treatment of Antimicrobial-Resistant Infections" son una referencia importante para el tratamiento de infecciones causadas por bacterias multirresistentes. Estas guías ofrecen recomendaciones sobre los antibióticos que se deben utilizar en cada caso, así como sobre la duración del tratamiento y la necesidad de combinaciones de medicamentos para lograr una eficacia óptima.
En la tabla 1, se observa un resumen del manual y las guías para orientar a los clínicos hacia su abordaje cuando los resultados de cultivos determinen su presencia.
Tabla 1. Resumen de recomendaciones del manual ACIN y guías IDSA1,2,3
ESBL: beta-lactamasas de espectro extendido. CRE: enterobacterias resistentes a carbapenémicos. MRSA: Staphylococcus aureus resistente a meticilina. VRE: enterococos resistentes a vancomicina. PRSP: Streptococcus pneumoniae resistente a la penicilina. KPC: enterobacterias productoras de carbapenemasas. MBL: metalo-beta-lactamasas. AmpC: beta-lactamasas cromosómicas de clase C. NDM: Nueva Delhi metalo-beta-lactamasa.
OXA: oxacilinasas. PVL: toxina leucocidina de Panton-Valentine.
Es importante destacar que la prevención y el control de la resistencia bacteriana no es solo responsabilidad de los médicos y el personal de salud, sino también de la sociedad en general. Los pacientes pueden contribuir al control de la resistencia bacteriana siguiendo las recomendaciones de su médico, tomando los antibióticos de manera adecuada y no automedicándose. También es importante que las personas adopten medidas preventivas simples, como lavarse las manos con frecuencia, para evitar la propagación de infecciones.
Ahora le preguntamos, ¿cuáles son las bacterias más resistentes a los antibióticos y cómo lo han conseguido? ¿Cuáles son los parámetros farmacológicos para el uso de los antibióticos?, las respuestas a este muchas otras preguntas te las damos en la conferencia: Resistencia bacteriana: entenderla y prevenirla
Referencias