La hipertensión maligna, es una emergencia hipertensiva que se caracteriza por una progresión rápida y mal pronóstico. Se trata de una manifestación potencialmente mortal de la hipertensión, que se asocia con el deterioro agudo de uno o más órganos por el daño microvascular. (1)
La hipertensión arterial maligna, presenta varios retos que requieren una investigación y documentación más precisa. Entre estos desafíos se encuentran la necesidad de investigar y documentar con mayor precisión la incidencia de la enfermedad, así como describir y documentar las características de los pacientes en el contexto actual. Además, se busca desarrollar una comprensión más profunda de las vías óptimas de atención, identificar factores predisponentes genéticos, ambientales y otros. Por otro lado también puede ayudar desarrollar algoritmos de predicción de riesgo y biomarcadores diagnósticos. También es importante definir nuevos objetivos terapéuticos basados en nuevos conocimientos fisiopatológicos, individualizar enfoques terapéuticos, revisar la definición y los criterios de diagnóstico, a la vez que diferenciar los rasgos fenotípicos y comorbilidades en los pacientes. (1)
En el estudio “Practice patterns, outcomes, and end-organ dysfunction for patients with acute severe hypertension: the Studying the Treatment of Acute hyperTension (STAT) registry” se encontró que la mortalidad hospitalaria en casos de emergencia hipertensiva fue del 6.9% y la tasa de reingreso fue del 37% en los 90 días posteriores al alta. (2)
Se ha visto dificultad en diagnosticar la enfermedad y es porque la definición debe incluir la disponibilidad de métodos de diagnósticos para evaluar los órganos afectados por el daño microcirculatorio. Además de las opciones terapéuticas, la intravenosa que busca reducir la presión arterial en un 25% durante las primeras horas, ha sido ampliamente utilizada. Sin embargo, un tratamiento inadecuado puede causar daño microvascular y resultar en lesiones tisulares irreversibles, mientras que un tratamiento agresivo para reducir las cifras de la tensión arterial puede provocar accidentes cerebrovasculares isquémicos y aumentar la morbimortalidad de la enfermedad. Se ha demostrado que los mecanismos de autorregulación cerebral se encuentran alterados, en este tipo de pacientes, lo que los vuelve más propensos a la hipoperfusión cerebral cuando se reduce la tensión arterial. (1)
No se conoce del todo los mecanismos fisiopatológicos por los cuales algunos pacientes desarrollan hipertensión arterial maligna, mientras que otros no. Se cree que hay factores genéticos y ambientales, también se ha planteado la posibilidad de que polimorfismos en el sistema del complemento puedan predisponer a los pacientes a desarrollar microangiopatía trombótica e hipertensión arterial maligna. (1)
En conclusión, ante los desafíos que presenta la hipertensión arterial maligna, es crucial que todos los profesionales de la salud asuman la responsabilidad de un diagnóstico oportuno y la implementación de una terapéutica adecuada. La hipertensión maligna es una condición potencialmente mortal y prevenir desenlaces fatales requiere una adecuada atención. Desde la identificación temprana de los signos y síntomas, pasando por la evaluación rigurosa de los órganos afectados, de compromiso microcirculatorio, hasta la elección de estrategias terapéuticas personalizadas para así poder disminuir la morbimortalidad de la enfermedad. (1)(2)
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Referencias
- Boulestreau R, van den Born BH, Lip GYH, Gupta A. Malignant Hypertension: Current Perspectives and Challenges. J Am Heart Assoc. el 5 de abril de 2022;11(7):e023397.
- Katz JN, Gore JM, Amin A, Anderson FA, Dasta JF, Ferguson JJ, et al. Practice patterns, outcomes, and end-organ dysfunction for patients with acute severe hypertension: The Studying the Treatment of Acute hyperTension (STAT) Registry. Am Heart J. el 1 de octubre de 2009;158(4):599-606.e1.