Tabla 1. Sistemas beneficiados por el ejercicio en los pacientes con VIH
A continuación, se presentan algunos aspectos importantes a tener en cuenta:
Sistema o parámetro |
Hallazgos en los estudios |
Mecanismos que producen el efecto |
Sistema inmunológico |
El ejercicio puede mejorar la función inmunológica en pacientes con VIH, incluyendo la respuesta de los linfocitos T CD4+ y CD8+ a la estimulación antigénica y la capacidad de los linfocitos T para producir citocinas antiinflamatorias1,2. |
El ejercicio puede estimular la producción de citocinas antiinflamatorias y mejorar la respuesta inmunológica a través de la activación de células inmunitarias1,2. |
Carga viral |
El ejercicio puede reducir la carga viral en pacientes con VIH1,3,4. |
El ejercicio puede reducir la replicación viral al aumentar la producción de interferón gamma y reducir la producción de interleucina-101. También puede mejorar la respuesta inmunitaria antiviral a través de la activación de células T y células asesinas naturales3. |
Niveles de lípidos |
El ejercicio puede mejorar los niveles de lípidos en pacientes con VIH4. |
El ejercicio puede aumentar la oxidación de ácidos grasos y reducir la producción de triglicéridos en el hígado, lo que puede mejorar los niveles de lípidos en sangre4. |
Capacidad cognitiva |
El ejercicio puede mejorar la capacidad cognitiva en pacientes con VIH5. |
El ejercicio puede aumentar el flujo sanguíneo cerebral y mejorar la plasticidad sináptica, lo que puede mejorar la función cognitiva5. |
Salud mental |
El ejercicio puede mejorar la salud mental en pacientes con VIH6,7. |
El ejercicio puede reducir los síntomas de ansiedad y depresión y mejorar el bienestar psicológico6,7. |
Calidad de vida |
El ejercicio puede mejorar la calidad de vida en pacientes con VIH8,9. |
El ejercicio puede mejorar la capacidad funcional, reducir los síntomas de fatiga y mejorar el bienestar físico y psicológico en pacientes con VIH8,9. |
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es una enfermedad crónica que afecta a más de 38 millones de personas en todo el mundo. Aunque los avances en el tratamiento han mejorado significativamente la calidad de vida y la esperanza de vida de los pacientes con VIH, esta enfermedad sigue siendo una carga para la salud pública. Los pacientes con VIH tienen un mayor riesgo de padecer diversas comorbilidades, como enfermedades cardiovasculares, osteoporosis, trastornos mentales y musculoesqueléticos4,5.
El ejercicio físico se ha demostrado como una terapia complementaria efectiva para mejorar la salud en pacientes con VIH. Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio puede mejorar la función inmunológica, reducir la carga viral y mejorar la calidad de vida y la salud mental en pacientes con VIH, ver tabla 1.1,2,3,6,7,8,9.
Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio puede mejorar la función inmunológica en pacientes con VIH1,2,3. Por ejemplo, un estudio (Dianatinasab et al 2020) encontró que el ejercicio aeróbico regular durante 12 semanas mejoró significativamente la respuesta de los linfocitos T CD4+ y CD8+ a la estimulación antigénica en pacientes con VIH1. Otro estudio (Quigley et al 2019) encontró que el ejercicio mejoró la capacidad de los linfocitos T para producir citocinas antiinflamatorias, lo que puede ayudar a reducir la inflamación crónica asociada con el VIH2. Estos hallazgos sugieren que el ejercicio puede mejorar la función inmunológica en pacientes con VIH y, por lo tanto, puede ser una estrategia efectiva para reducir el riesgo de enfermedades oportunistas y mejorar la calidad de vida en estos pacientes.1,2
Además de mejorar la función inmunológica, el ejercicio también puede tener efectos beneficiosos en otros parámetros biológicos en pacientes con VIH. Un ejemplo es la carga viral, que se refiere a la cantidad de virus en la sangre de un paciente. Una carga viral alta es un factor de riesgo importante para la progresión de la enfermedad y la respuesta al tratamiento1. Varios estudios han demostrado que el ejercicio puede reducir la carga viral en pacientes con VIH1,3,4. Por ejemplo, un estudio (Jaggers RS et al 2018) encontró que el ejercicio redujo la carga viral en pacientes que recibían tratamiento antirretroviral3.
El ejercicio también puede mejorar los niveles de lípidos en pacientes con VIH. Los niveles anormales de lípidos son comunes en pacientes con VIH y se asocian con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. En una revisión sistemática (Vancampfort D et al 2018) se encontró que el ejercicio aeróbico regular durante 16 semanas mejoró los niveles de lípidos en pacientes con VIH4.
Estos hallazgos sugieren que el ejercicio puede tener efectos beneficiosos en varios parámetros biológicos en pacientes con VIH, Por lo que debe ser prescrito adecuadamente en estos pacientes.
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Referencias