La actividad física tiene efectos beneficiosos indudables y comprobados por múltiples estudios tanto retrospectivos como prospectivos.
A comienzos de la década se publicaron las World Health Organization 2020 guidelines on physical activity and sedentary behaviour donde hacen recomendaciones específicamente orientadas a fortalecer o motivar la actividad física y por sobre todo, evitar las conductas sedentarias como mecanismos para reducir el riesgo de muchas enfermedades y trastornos no transmisibles, como la hipertensión, la enfermedad coronaria, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes, el cáncer (ver tabla 1 y gráfica 1)1 y la depresión.2
Tabla 1.
Gráfica 1. Reducciones estimadas del riesgo del cáncer
En las guías, la Organización Mundial de la Salud recomienda un objetivo de 150 minutos de actividad física moderada a la semana,2 sin embargo, es frecuente que las personas, especialmente aquellas con enfermedades crónicas, no logren cumplir esta meta. En noviembre de 2022, se publicó en la revista británica de medicina del deporte, un estudio de la escuela de medicina de la Universidad de Cambridge (Garcia L et al 2022) donde se puede evidenciar que los beneficios del ejercicio inician incluso con menos minutos a la semana. En efecto, se concluyó que una de cada 10 muertes prematuras se podrían prevenir si las personas realizaran 75 minutos a la semana de actividad física moderada.3
En el mismo mes, otro estudio, multicéntrico, realizado en 11 centros de atención primaria de España (Grandes G et al 2022) encontró que los beneficios de la actividad física no solo se obtienen luego de alcanzar la meta de los 150 minutos a la semana propuesta o recomendada por la OMS. En cambio encontró que la reducción en las muertes prematuras se inicia desde algunos minutos de actividad física a la semana y que va aumentándose en forma directamente proporcional a los aumentos de tiempo de duración de ejercicio. (Ver gráfica 2).4
Gráfica 2. Efecto del ejercicio según la intensidad en la mortalidad
Con base en estos estudios, básicamente la mejor recomendación que se puede hacer a los pacientes en general, es evitar la conducta sedentaria y realizar actividades físicas sin importar su duración, pero buscando concienciar en que los beneficios mayores se obtendrán a mayor dedicación a la actividad física.
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Referencias