La hipertensión arterial (HTA) representa uno de los desafíos de salud pública más significativos a nivel mundial, siendo un factor de riesgo principal para enfermedades cardiovasculares, accidente cerebrovascular y mortalidad prematura.
A pesar de los avances en el tratamiento farmacológico, la prevalencia de la hipertensión sigue en aumento, lo que subraya la necesidad de enfoques complementarios centrados en la modificación del estilo de vida.2 Desde hace algunas décadas se ha establecido que ciertos comportamientos y patrones de vida, incluyendo la dieta y el nivel de actividad física juegan roles críticos en la etiología de la hipertensión.3,4
Tabla 1. Mecanismos fisiopatológicos de la asociación entre estilos de vida no saludables e hipertensión arterial
Estilo de Vida No Saludable |
Fisiopatología Detallada |
Referencias |
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Alto consumo de sodio |
El sodio regula el volumen de líquido extracelular y afecta la contractilidad vascular a través del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA). Un exceso de sodio puede llevar a una sobrecarga de volumen y aumentar la presión osmótica, lo que contribuye a la hipertensión. Además, niveles elevados de sodio pueden disminuir la expresión de óxido nítrico (NO), un vasodilatador crucial, exacerbando la rigidez vascular. |
He FJ, MacGregor GA. "Importance of Salt in Determining Blood Pressure in Children: Meta-analysis of Controlled Trials." Hypertension, 2008. |
Ingesta excesiva de alcohol |
El alcohol aumenta la actividad del sistema nervioso simpático y la producción de renina, elevando así los niveles de angiotensina II y causando vasoconstricción. También puede dañar el endotelio vascular, disminuyendo la disponibilidad de NO y promoviendo la inflamación y la oxidación, lo que a su vez incrementa la resistencia vascular periférica y la presión arterial. |
Husain K, Ansari RA, Ferder L. "Alcohol-induced hypertension: Mechanism and prevention." World J Cardiol, 2014. |
Obesidad/sobrepeso |
La obesidad induce hipertensión a través de varios mecanismos, incluyendo la activación del SRAA, la disfunción del tejido adiposo con aumento de la producción de leptina y ácidos grasos no esterificados, que pueden aumentar la resistencia a la insulina y promover la retención de sodio y agua. Además, la adiposidad aumenta la expresión de moléculas proinflamatorias que contribuyen a la disfunción endotelial. |
Hall JE, do Carmo JM, da Silva AA, Wang Z, Hall ME. "Obesity-induced hypertension: interaction of neurohumoral and renal mechanisms." Circ Res, 2015. |
Inactividad física |
La falta de ejercicio físico puede llevar a la disfunción endotelial a través de la reducción en la bioactividad del NO, aumento de la producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) y promoción de la inflamación. Esto puede resultar en un aumento de la rigidez arterial y una mayor resistencia vascular periférica, contribuyendo a la hipertensión. |
Green DJ, Maiorana A, O'Driscoll G, Taylor R. "Effect of exercise training on endothelium-derived nitric oxide function in humans." J Physiol, 2004. |
Consumo de tabaco |
Los componentes del humo del tabaco, incluyendo la nicotina, pueden estimular la liberación de catecolaminas, aumentando la presión arterial a través de la vasoconstricción. Además, el tabaquismo promueve la disfunción endotelial, aumenta la oxidación de lipoproteínas de baja densidad (LDL) y reduce la disponibilidad de NO, lo que conduce a un aumento en la rigidez vascular y la hipertensión. |
Ambrose JA, Barua RS. "The pathophysiology of cigarette smoking and cardiovascular disease: An update." J Am Coll Cardiol, 2004. |
Sin embargo, estudios del nuevo milenio han revelado que factores antes considerados 'inesperados' también desempeñan un papel crucial en la fisiopatología de la hipertensión arterial. Entre ellos, las alteraciones en el sueño como la apnea obstructiva del sueño han demostrado tener una conexión directa con el incremento de la presión arterial nocturna y diurna, un factor de riesgo independiente para la hipertensión.5
Por su parte, los factores ambientales, como la exposición prolongada a la contaminación del aire, se han asociado con niveles elevados de presión arterial, destacando la influencia de nuestro entorno en la salud cardiovascular.6 Además, algunos medicamentos de uso común, incluyendo antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y ciertos descongestionantes, pueden afectar adversamente la regulación de la presión arterial, una interacción farmacológica que los pacientes y proveedores de atención médica deben considerar cuidadosamente.7
Tabla 2: Factores Inesperados que Contribuyen a la Hipertensión Arterial
Factor Inesperado |
Fisiopatología Detallada |
Referencias |
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Apnea del sueño |
La interrupción repetitiva de la respiración aumenta la actividad simpática, eleva los niveles de cortisol, y provoca hipoxia intermitente que puede contribuir a la hipertensión persistente. |
Kapur VK, et al. "Obstructive Sleep Apnea and Cardiovascular Disease: A Scientific Statement From the American Heart Association." Circulation. 2020;142(4):e167-e215. |
Variabilidad en los patrones de sueño |
Las alteraciones en el ritmo circadiano pueden afectar negativamente la regulación neurohormonal de la presión arterial y aumentar la resistencia vascular. |
Fung MM, et al. "Impact of Circadian Rhythm on the Cardiovascular System: A Review." Rhythm Res. 2013;54(2):178-85. |
Retención voluntaria de la orina |
El aumento temporal de la presión arterial puede ocurrir debido a la activación del reflejo simpático cuando la vejiga está excesivamente distendida. |
Mills KT, et al. "Mechanisms of Hypertension and Kidney Disease in Obesity." Ann Nutr Metab. 2018;72(2):119-133. |
Exposición a la contaminación del aire |
La inhalación de partículas finas puede provocar inflamación sistémica y estrés oxidativo, contribuyendo a la disfunción endotelial y al aumento de la presión arterial. |
Brook RD, et al. "Air Pollution and Cardiovascular Disease: A Statement for Healthcare Professionals from the Expert Panel on Population and Prevention Science of the American Heart Association." Circulation. 2004;109(21):2655-71. |
Consumo de regaliz negro |
La glicirricina puede causar retención de sodio y agua y la excreción de potasio, resultando en hipertensión y hipopotasemia, afectando así el balance electrolítico. |
Sigurjonsdottir HA, et al. "Licorice-induced rise in blood pressure: A linear dose-response relationship." J Hum Hypertens. 2001;15(8):549-52. |
Cambios en la sociabilidad |
La soledad y el aislamiento social pueden elevar los niveles de cortisol, induciendo a una respuesta de 'lucha o huida' que puede incrementar la presión arterial. |
Hawkley LC, et al. "Loneliness predicts increased blood pressure: 5-year cross-lagged analyses in middle-aged and older adults." Psychol Aging. 2010;25(1):132-41. |
Uso de ciertos medicamentos comunes |
Medicamentos como AINEs y descongestionantes pueden aumentar la presión arterial por sus efectos vasoactivos y la retención de sodio. |
Bavishi C, et al. "Nonsteroidal anti-inflammatory drugs in hypertension: blood pressure rises with the fall in pain?" Am J Med. 2016;129(3):251-3. |
Estas evidencias amplían nuestra comprensión de la hipertensión y subrayan la importancia de abordar estos factores inesperados en la estrategia de manejo y prevención de la enfermedad (ver tabla 2).5-7
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Referencias